En los últimos días, Tadej Pogačar ha generado titulares con victorias resonantes: primero consagró su doblete como campeón mundial al retener la ruta en Kigali, y luego remató la semana con un ataque de antología para alzarse con el título europeo. Con estas gestas, el esloveno afianza su dominio y deja claro que su hambre de triunfos aún no conoce límites.
La recién concluida semana ha sido una de las más brillantes en la temporada ciclística de Tadej Pogačar. El “superhombre” esloveno no solo reafirmó su supremacía mundial, sino que añadió un nuevo trofeo continental a su palmarés con una actuación magistral que quedará grabada en la memoria de los aficionados.
Doble corona: Mundial y Europeo
En Kigali, sobre un recorrido exigente de 267 km, Pogačar ejecutó una estrategia audaz: atacó con distancia, marchando en solitario hacia la meta y asegurando así su segundo título mundial consecutivo en la prueba de ruta.
Pero su ambición no cedió. Apenas días después, en los Campeonatos de Europa en Guilherand-Granges, el esloveno volvió a brillar con una acción inolvidable. Con 75 km por delante, lanzó un ataque desde el puerto de Saint-Romain-de-Lerps y sostuvo su ventaja hasta cruzar la línea de meta. Remco Evenepoel, su gran rival, se quedó a 31 segundos.
Este triunfo europeo representa su décima octava victoria de la temporada y llena un espacio pendiente en su palmarés.
Consolidación del legado: Al obtener ambos títulos (mundial y europeo) en tan corto lapso, Pogačar reafirma que está en una fase dominante de su carrera.
Dominio absoluto en 2025: Sus resultados recientes no son hechos aislados; apuntalan una temporada redonda donde ha sabido combinar resistencia, inteligencia táctica y capacidad para atacar con solvencia.
Presión para el cierre del año: Quedan aún competencias importantes como el Giro de Lombardía y algunas clásicas tardías, escenarios en los que muchos esperan verlo extender su racha victoriosa.
Tras estos triunfos, Pogačar viajará directamente a Italia para encarar la Clásica de los Tres Valles Varesinos y, posteriormente, el Giro de Lombardía, el Monumento que suele marcar el cierre de la temporada ciclística.
Con 27 años y un palmarés ya imponente, el esloveno tiene por delante una segunda mitad de año con muchas expectativas. Si mantiene el nivel y la ambición mostrada en estos días, podría cerrar 2025 como uno de los corredores más dominantes en la historia moderna del ciclismo.